Vida Ascendente

Es un Movimiento Laical de personas jubiladas y mayores, reconocido y aprobado por la Conferencia Episcopal española.

• Un Movimiento de seglares, dirigido por seglares
• ¿Cuál es el objetivo de VIDA ASCENDENTE?
  • Llevar el mensaje evangélico a los Mayores y Jubilados, para que aporten a la Sociedad y a la Iglesia su Fe, su experiencia y su tiempo disponible.
• ¿Cómo se desarrolla este Movimiento?
  • Reúne a sus miembros (de cualquier medio social o cultural) en pequeños grupos de trabajo y oración.
  • Crea un ámbito de amistad, para compartir sus preocupaciones y vivencias.
  • Ofrece a sus miembros los medios para profundizar en su fe y acreditar su esperanza, logrando que todos sus miembros vivan esta etapa de su vida en plenitud humana y cristiana.
  • Abre cauces para su integración en la misión de la Iglesia, impulsando a sus miembros a una activa participación en ella.
  • Les estimula y orienta para que, como ciudadanos responsables participen en la animación cristiana de la sociedad, adoptando un nuevo estilo de solidaridad con los demás.

Vida Ascendente nos enseña:

• El Arte de envejecer
• El Arte de seguir siendo útiles
• El Arte de servir
• El estar jubilado del trabajo… no es estar jubilado de la vida.
• Si “el tiempo es oro”, eres millonario en horas libres y disponibles.

Actualmente esta establecido en todas las diócesis españolas, contando con cerca de 30.000 miembros repartidos en 1.800 grupos en parroquias: urbanas y rurales y en residencias.

Si te sientes solo y con necesidad de ser escuchado y compartir tus ilusiones y problemas con otras personas recién jubiladas o mayores.

Si estás necesitado de profundizar en tu fe y seguir creciendo espiritualmente.

Si quieres ser una persona activa y útil en la Iglesia y en la Sociedad.

Oración Inicial

Señor Jesús, que dijiste: “Donde estén dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. Queremos celebrar esta reunión en tu nombre. Hazte presente entre nosotros, iluminando nuestras sombras y fortaleciendo nuestra debilidad. Concédenos entusiasmo y coraje para seguir trabajando en tu viña, a nuestra edad y con nuestras limitaciones. Que sepamos transmitir nuestra experiencia y entregar nuestro tiempo y nuestra persona. Danos sinceridad y sencillez de corazón, amor a la verdad, a la justicia y a la paz. Refuerza los lazos de amistad cristiana que nos unen, y ensancha nuestros corazones para que puedan amar a todos los hombres como Tú los amas.  Amén.

Oración Final

María, Madre de Dios y madre nuestra, que nos diste, en las bodas de Caná, el mejor de los consejos: “Haced lo que Él os diga”.

Al concluir esta reunión de hoy, te damos gracias y te pedimos luz y fuerza para comprender y llevar a la práctica las enseñanzas de tu hijo, comprometiéndonos con nuestros hermanos los hombres, de suerte que podamos cantar con el salmista: “En la vejez seguirán dando fruto”. Amén.